"La desesperación de un viajero"
Tenía previsto viajar desde Barcelona a Génova, con Grandi Navi Veloci, el pasado día 2 de noviembre. Con menos de 24 horas para que partiese el barco me comunican, mediante SMS, que el viaje programado para ese día quedaba anulado y me daban la opción de devolución de dinero o viajar el día siguiente. En el mismo SMS se me indicaba que si optaba por viajar el día 3 de noviembre, debería hacer el Check-in antes de las 08:00 horas del 03/11/18 y que el barco saldría a las 11:00 horas. No me daban ninguna explicación del por qué de ese cambio.
Evidentemente, con menos de 24 horas de margen, encontrar una alternativa para hacer esa travesía, son nulas y opté por viajar al día siguiente. El colmo fue que en la terminal de Grandi Navi Veloci del puerto de Barcelona, donde debería hacer el Check-in antes de las 08:00 horas del 03/11/18, NO HABÍA NADIE y no aparecieron hasta las 09:00 horas, y no dieron explicación alguna a los pasajeros que allí estábamos esperando desde mucho antes de las 8 de la mañana, sobre el cambio de fecha del viaje y en cuanto a la apertura de la “ventanilla” indicaron que empezaron a atender a la hora habitual.
El remate es que el barco no partió a las 11:00 horas como nos indicaron, salió a las 12:00 como estaba previsto que saldría el día anterior.
Todo un cúmulo de despropósitos por el que voy a hacer una reclamación a la Compañía Grandi Navi Veloci.
Como “anécdota” puedo contar lo siguiente: Poco antes de llegar a Génova, en el comedor del barco, para desayunar, presencié algo que aun ahora me cuesta trabajo asimilar. Cada pasajero que se acercaba a desayunar depositaba en una bandeja los alimentos que quería, después pasaba por caja para que se comprobase si ese desayuno ya estaba abonado por estar contratado con anterioridad o abonar lo que hiciese falta. Fui testigo de cómo el “encargado” de la caja retiraba, con sus manos y sin ninguna protección (guantes), algunos artículos (pan, mantequilla y mermelada) de algunas bandejas por no estar incluidos en el “desayuno contratado”. Hasta aquí puede parecer todo normal, lo anormal es que ese “encargado” de la caja, una vez que tenía acumulada una cierta cantidad de alimentos (pan, mantequilla y mermelada) retirados de las bandejas de algunos pasajeros, con sus propias manos (sin guantes por supuesto) devolvió esos alimentos a los recipientes de la cadena de autoservicio para que pudieran ser tomados por otros tripulantes. Debo aclarar que el pan no estaba envasado y no creo que un inspector sanitario permitiera tal comportamiento.
Comentado el por Joaquin, quien viajó con Grandi Navi Veloci en el Excellent
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