"Como carne en frigorífico"
Nuestro primer viaje ha sido una suma total de insatisfacciones. Hay una ABSOLUTA FALTA DE INFORMACIÓN al usuario, que la tripulación achaca al intermediario (en nuestro caso directferries). Dejamos el vehículo en su cubierta y enseñamos el billete a un empleado que nos indicó como llegar a nuestro camarote de la cubierta 8, el cual estaba cerrado. Dando vueltas llegamos a una especie de recepción en la cubierta 6, donde nos indicaron que las llaves las estaban dando en la cubierta 7. Y allí fuimos, cargados en todo momento con nuestras maletas! Tas una ducha y ver la salida del puerto de Barcelona nos dirigimos al restaurante para comer, pues afquirimos un bono de 1 comida y desayuno. Nos encontramos a las 14:30 con que el comedor se ha cerrado a las 14:00 (horario europeo) pero no estamos saliendo de Barcelona? Nos conformamos con un tentempié y por fin cenamos. Gestionan nuestro ticket de comidas y nos dan un papel con el menú (si ya lo teníamos en nuestra bandeja, de qué nos sirve?) ese papel era necesario para el desayuno del día siguiente y como nadie nos informo, en la papelera se quedó.
Una noche heladora con un aire acondicionado sin posibilidad de regulación y llegamos a Génova. Más de una hora de plantón en la escalera con el equipaje, pues tras habernos llamado al desembarco, no nos dejaban tomar los ascensores.
Todo esto ya lo sabíamos para la vuelta hacia Barcelona, pero lo que no sabíamos es que a las 7 de la mañana nos iban a despachar sin contemplaciones de nuestro camarote, enviándonos a desayunar con todo el equipaje a cuestas y sin posibilidad de volver tras el café al aseo conocido, sino a los aseos generales, muy sucios tras una noche de uso por el pasaje de cabina. La cafetería para desayunar abrió tarde y los pasajeros que desembarcábamos en Barcelona tuvimos que hacer cola con todos los demás que seguían rumbo a Tánger. Muchos se quedaron sin desayunar. Cuando reclamamos un trato preferente puesto que apenas teníamos tiempo, nos respondieron que con "esta gente" (refiriéndose a los magrebíes) no era posible organizar un horario preferente de desayuno o una cola independiente. Ese comentario resume para mí la filosofía de la naviera: como tenemos a los magrebíes por conflictivos y sucios, no nos merece la pena cuidar el barco ni al pasaje, no hacemos el mínimo esfuerzo por minimizar los desajustes organizativos y nos da igual si los pasajeros se sienten tratados como ganado en un camión frigorífico. Que es como nos sentimos.
Naturalmente, la anterior fue una noche aún más heladora en el camarote, en la que no descansamos bien. Más tarde, sumando al frío lo intempestivo de nuestro "deshaucio" nos dio por pensar si esa temperatura tan baja no sería para evitar que queden olores en el camarote ante la inminente ocupación por otros pasajeros con destino Tánger. Lo dicho: como ganado
Conversaciones con otras personas nos transmitieron la misma sensación de decepción en trato, limpieza y atención, nada comparable a los años en que a la línea de Barcelona a Génova parecía "un pequeño crucero". Señores de GNV: si la ampliación de la línea a Tánger les supone un incremento de negocio, esfuércense en la misma proporción en organizar mejor el tránsito de sus pasajeros y evitar la profunda decepción por haber usado de sus servicios.
Comentado el por J Ignacio, quien viajó con Grandi Navi Veloci en el Fantastic
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